jueves, 22 de abril de 2010

Derechos Humanos - Parte II

La sociedad y parte del progresismo en la década del `70 respondían, una al mensaje que los medios manejados por los sectores de poder económico (los que instalaron a la dictadura) repetían cotidianamente. Los otros, adoctrinados por Perón y su “tercera posición” en coincidencia con las teorías de Mussolini, Hitler, Primo de Rivera y la social-democracia internacional alimentada por los filósofos revisionistas, la Iglesia Católica y su Doctrina Social de conciliación de clases.

Tanto la sociedad como la militancia política habían sido formadas para “no romper" con los límites impuestos por la democracia burguesa. Adiestrados durante años por las distintas dictaduras y la “Tercera Vía”, que instaló el ideario socio-político de Mussolini gracias a la insustituible ayuda de los medios de difusión (radios, diarios, revistas, cine), la escuela, el gremialismo-conciliador y la iglesia,… los trabajadores hicieron suyo el miedo y el rencor que tenía la burguesía al “comunismo ateo” e incorporaron como enemigos tanto al “Oligarca Terrateniente” como al “Comunista” sin fundamentos ideológicos claros, movidos por un sentimiento de lealtad ciega a su “líder” creado ex-profeso.

Por este motivo, cuando la juventud peronista enfrentó a Perón (1974), fue muy fácil poner a la sociedad civil en su contra identificándolos como “comunistas”, cuando en realidad no era intención de Montoneros instalar el Socialismo (aunque estuvieran encandilados por la Revolución Cubana y uno de sus máximos líderes: el Che), sino una sociedad más justa dentro del marco del Capitalismo.

El mismo Perón esgrimió la teoría del enemigo marxista para iniciar la eliminación de sus propios hijos y desde luego, de los que verdaderamente militaban dentro de las ideas marxistas, tarea de la que participaron el gobierno, las FFAA, todas las fuerzas de seguridad, los sindicatos peronistas, la burocracia peronista enquistada en los organismos sociales,…, toda la derecha aliada para salvarse. Y en la creación de este andamiaje político fue fundamental el trabajo realizado por los MEDIOS DE COMUNICACIÓN y la IGLESIA como institución, aliados en este plan de exterminio.

Tampoco la izquierda marxista estuvo a la altura de los acontecimientos, por razones que también hay que analizar, tanto internacional como nacionalmente.

La mujer de un militar era seleccionada para cumplir con las reglas de una sociedad y familia de corte conservador (Dios – Patria - familia) y la educación, aún en las épocas democráticas, era formadora de este estilo de sociedad a la que no escapaban los militantes políticos. También nuestra clase trabajadora fue diseñada, con la poderosa estructura educacional estatal, privada y religiosa, para aceptar la distribución de roles (patrón - obrero), la defensa del “orden” (burgués) y el odio y temor a cualquier idea que pusiera en peligro la continuidad del poder establecido. Recordemos que los líderes revolucionarios burgueses de 1810 - 1816 fueron considerados, por los realistas defensores de la monarquía, como extremistas y subversivos ¿No?

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